Rafael Martín constituye uno de los más creativos y paradigmáticos escultores del país. Su naciente producción en la disciplina cerámica tuvo el mérito, entre otros, de introducir, en 1970, la técnica del Raku en la Argentina.
Como escultor, halló en la diversidad de materiales que va desde la talla, cerámica, resinas poliéster y acrílica, al ensamble con objetos encontrados, una mayor expresividad para su imaginario que brota siempre como testigo de una profunda realidad social.
En estos diálogos el artista pone de manifiesto un testimonio de su época evocando su niñez, formación y pensamiento. Brindando una experiencia de vida tan particular y única como ejemplar en su actuación dentro de la plástica latinoamericana.
Nacido en Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires el 8 de octubre de 1935, se inició en el arte de manera autodidacta. Posteriormente ingresó en la docencia como ayudante de Naum Knop en la escuela de artes visuales, la que luego dirigió. En 1964 viajó a Estados Unidos, luego obtuvo una beca de la OEA, donde incursionó en cerámica, escultura, cine y fotografía en The Pennsylvania State University.
En 1981 es invitado por universidades de Michigan y Massachusetts, USA. como profesor.
De 1989 a 1992 fue director de obra de las tareas de restauración y edición en bronce de trabajos inéditos en escultura realizados por Max Ernst en Saint Martin d´Ardeche, Francia. Empresa llevada a cabo en su taller de Ginebra y fundiciones de París y Londres.
Entre numerosos premios y distinciones se destacan en 1974 el Diplome d´Honneur, 4 éme Biennale Internationale de la Ceramique d´Art, Vallauris, Golfe Juan, Francia.
En 1978 obtuvo el Gran Premio de Honor en el III Salón Nacional de Arte Cerámico, Buenos Aires, Argentina y en 1982 el Premio Fundación Konex a las 100 Mejores Figuras de la Historia de las Artes Visuales Argentinas, entre otros.
Desde su estadía en el exterior hasta el presente ha realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas en galerías y museos de Argentina.