Trabajo desde hace aproximadamente diez años en el campo de las artes visuales. Hija de madre costurera, el sonido de la máquina de coser mecía mi sueño en las noches de contar botones en vez de ovejas. Aprendí teoría del color ordenando gamas de hilos naranjas y verdes en bandejitas de margarina manty, descubrí el estampado casi antes que el dibujo. Palabras como ruedos, vieces, surfilado, chinga, hilo de marca, centímetro, eran informaciones que entraban por los oídos al mismo tiempo que crecía.
Aprendí mucho de mis contemporáneos, valoro en los grupos de trabajo el cruce y la aparición de ideas.
Al ver el desarrollo de la obra de otros artistas, me encuentro frente a una problemática estimulante, donde los planteos aparecen, amplios o precisos pero siempre como una ventana a seguir construyendo, un estímulo de producción. Es muy importante para mí establecer un contacto fluido con la obra de los otros, que en algún punto opera como un espejo de la mía.
En el 99 pintaba y bordaba sobre los cuadros, usaba transfer y hasta collage, de a poco aparecieron tejidos, objetos blandos, dibujos, construcciones en el espacio, piezas que se despliegan y buscan otros horizontes, que se relacionan en forma directa con el soporte pared, con el movimiento que produce el espectador al acercarse.
Podría ensayar una poesía… (pienso en el mismo momento que escribo estas líneas y adjunto entonces, sumando caracteres, el producto de este ensayo)
una mujer
construye objetos de tela
en los que se cuela parte de su historia,
pinta tejidos de lanas de colores,
a veces se encuentra en ellos
otras se va muy lejos de ahí…
una mujer de rulos,
dibuja con la máquina de coser,
junta papeles amarillos de tiempo y
escribe en francés palabras que lloran y sonríen.
esa mujer
usa el espacio y el lenguaje de las artes visuales,
transita preguntas , ensaya ideas …
una mujer,
una Nilda
esta Nilda soy yo.
Mi producción está en relación directa con el espacio, los objetos, con las cosas que suceden y me rodean. Las ideas que pasean por mi cabeza, se construyen, modifican o reafirman a partir del hacer.
Dibujo, bordo, saco fotos, cocino, ordeno mi casa, escucho música, acaricio a mis gatos, elijo un texto para mis clases, estudio, viajo... Cada decisión es un ejercicio de creación, un espacio donde a veces suceden sorpresas, siempre hay preguntas, nuevos bordes desde donde habitar la realidad.
Las puestas individuales y las colectivas, el trabajo solitario y el ser parte de un proyecto colectivo. Los espacios de arte legitimados, los nuevos espacios, el público, que a veces está ahí del otro lado.
“Flores de pelo largo” es mi producción reciente. En ella se vinculan fotos de mi jardín tomadas en verano, procedimientos de costura-bordado y un sitio no convencional para montarlas: una peluquería. Creo que esta situación plantea algunas cuestiones interesantes en relación a la circulación de las obras en un medio que habitualmente no se lo considera. Y la decisión del espectador que entra y va a ver en una peluquería buscando fotos intervenidas por una artista o bien en su rutina de cortes y tinturas se tropieza con ellas.
Armar un objeto, dar forma a un espacio para que lo contenga, proponer una mirada para que el otro mire a su modo el resultado de esa costura, el colorido de hilos que forman una flor, el tiempo sumatorio de puntadas… hay un sentido girando en torno a varios otros.
La producción de obra, la reflexión sobre ella, la manera de mostrarla; son aspectos que me interesan, me ocupan. Los objetos, la iluminación, los vacíos, el contexto, cada cual aporta datos que son importantes al momento de estar ahí, son parte de lo que sucede y decisiones tomadas por alguien que intenta disparar un mecanismo de comunicación.
Entiendo al arte como construcción de situaciones que sumadas se activan, se proponen a si mismas, como visibles o invisibles, como posibles disparadores de pensamientos.
Mi obra hoy intenta estar ahí, conectada… en movimiento, enhebrando agujas y pensando porqué alguien me habrá pedido esta tarea compleja de escribir en palabras lo que hacemos en imágenes…
Veremos que sucede, estoy atenta a escuchar…
Nilda Rosemberg
Bahía Blanca, agosto de 2009
Silvio Oliva Drys / agosto de 2009
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